Llega enero y con él nuestro propósito de año nuevo: aumentar nuestra productividad personal. Con las nuevas formas de trabajo hemos adquirido nuevos hábitos y otros se han intensificado, ¿sabes cómo mantener tu rendimiento? Desde Morgan Philips te proponemos algunos consejos:
- Distracciones e interrupciones: móvil, redes sociales, e-mail, pedidos de Amazon o AliExpress…. Las interrupciones pueden provocar que tardemos hasta 10 minutos en recobrar la concentración. No solo rompen con el ritmo de trabajo sino que también desgastan la motivación o la creatividad. Apagarlos para concentrarnos en nuestra tarea y solo atender lo urgente e importante te ayudará a mantener la concentración.
- Reuniones y llamadas de trabajo múltiples. Es fundamental que estés disponible, pero más lo es que consigas sacar el trabajo adelante. Planificarlas y organizarlas con antelación te ayudará a no caer en el exceso y poder optimizarlas.
- Procrastinación, la tendencia a posponer las tareas que nos resultan más aburridas o rutinarias. Para combatirla te animamos a comenzar la jornada con la actividad que te resulte más tediosa, así podrás liberar tu mente y dedicar el resto de día a otras tareas. ¡No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy!
- Sin rumbo fijo. Empezar varias tareas, hacerlas a la vez o dejarlas inacabadas… En este contexto de trabajo es más importante que nunca saber dónde dirigir nuestros esfuerzos y centrarnos en las actividades en las que realmente podamos aportar valor. Toma el control de tus tareas y proyectos, prioriza y delega si es necesario para realizarlas en plazo y de forma apropiada.
Por último te animamos a que no te olvides de descansar. Es aconsejable establecer unos minutos de pausa cada ciertas horas de trabajo no solo para recuperar la concentración y la energía, sino también para evitar la fatiga visual y la tensión muscular.
Además, la desconexión digital y la conciliación parece que son las asignaturas que han quedado pendientes en este nuevo entorno laboral. Por eso, es muy importante que des a conocer tus rutinas de trabajo y las compatibilices con las del equipo, para que así podáis encontrar el balance entre vuestras reuniones y el logro de tus resultados individuales pero además, puedas conciliar las rutinas laborales con tu vida personal y familiar.